Para nadie es desconocido que la participación de la mujer en el mercado laboral se ha incrementado considerablemente en las últimas décadas, ya lo dice el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), donde la tasa de participación laboral femenina supera el 50% en la región. Se calcula que cerca de 117 millones de mujeres forman parte de esta fuerza de trabajo en Latinoamérica. Sin embargo, estos organismos hacen notar que aún predominan los empleos de mala calidad y baja productividad, lo que implica peores remuneraciones, baja cobertura de seguridad social y menos contacto con las tecnologías e innovación.
En ese sentido, Miriam Suárez, directora de la Casa de la Mujer en Santa Cruz, resaltó la importancia de la participación de las féminas en todas las áreas laborales en Bolivia, desde un simple puesto en el comercio hasta un emprendimiento mucho mayor, pero señaló que todo esto tiene un costo social grande para este segmento de la población, toda vez que aún no se garantiza su seguridad, su salud y su estabilidad laboral por parte del Estado. Cómo ejemplo señaló que las mujeres aún no se benefician con créditos razonables por parte de la banca, estando en desventaja de condiciones lo que frenan los emprendimientos femeninos. A pesar de ello, destacó los grandes logros obtenidos por las mujeres microempresarias que están saliendo adelante con sus emprendimientos y muchas veces de forma solitaria.
“Las mujeres hemos ganado espacios en todas las actividades generadoras de ingresos, hoy las encontramos desde vendedoras en los mercados hasta microempresarias que se desarrollan con su propio dinero. Por lo tanto, este sector está apoyando a la economía local y nacional. Sin embargo, estas mujeres invierten tiempo, creatividad, mano de obra, pero no se le está permitiendo ejercer como corresponde en sus derechos, no le garantiza la estabilidad laboral y su seguridad. Entonces las mujeres nos hemos lanzado a esta aventura de construir nuestra propia independencia, pero a un costo altísimo sin ayuda del Estado ni de un protector y confiando solo en nuestro valor”, manifestó Suárez.
La representante de la Casa de la Mujer, comentó que los logros obtenidos hasta el momento en los derechos de las féminas han sido fruto de las movilizaciones de ese segmento, pero que aún falta mucho por recorrer para que los hombres y mujeres estén en igualdad de condiciones.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, afirmó que los indicadores laborales de la región siguen exhibiendo grandes brechas de género en el acceso a oportunidades y derechos entre hombres y mujeres, teniendo las desigualdades sus bases en el sistema social que “reproduce estereotipos y conserva una división sexual del trabajo que limita la inserción laboral de las mujeres.