Llega el buen tiempo, comienza un nuevo año o simplemente quieres ponerte en forma. Es un momento en el que a muchos les entran las prisas para bajar esos kilos de más que han ido acumulando a lo largo de meses o años.
1Ponte un objetivo claro y realista. Márcate un objetivo realista y fácil de conseguir. ¿Cómo? Buscando un método que te permita bajar de peso y luego mantenerlo sin comprometer tu estado de salud. ¿Cuál es el mejor método que te propongo? Cambia de hábitos y aprende a comer de una manera más saludable, adapta una alimentación o estilo de vida más saludable a tu situación o vida personal.
2No te obsesiones por el peso. “La mejor balanza es la ropa”. Debes valorar tu evolución con datos más objetivos como pueden ser la ropa, el que te quede mejor, el que te puedas poder un pantalón que antes no te entraba, sentirte más deshinchada/o y ligero. El valor del peso varía mucho dependiendo del momento en el que se peses, las condiciones, la cantidad de agua que hayas bebido, el alimento que hayas consumido, la regularidad de tu tránsito intestinal, el ciclo hormonal en el que te encuentres e incluso el nivel de estrés que tengas actualmente.
3Distribuye tu ingesta en varias tomas a lo largo del día. El error que se tiende a cometer es pensar que cuantas menos calorías se ingieren mejor. Dejar de desayunar o irse a la cama sin cenar no ayuda, al contrario, tal vez te estará alejando sin darte cuenta, de tu objetivo. Ya que si pasamos muchas horas sin comer puede aparecer ansiedad o hambre voraz que nos predispone a consumir alimentos poco saludables que provocan un pico de glucosa en nuestra sangre, con lo que volveremos a tener hambre al poco tiempo; y por otra parte, el cuerpo interpreta esta situación como un ayuno y puede favorecer la adaptación del cuerpo al ahorro energético.
4Aprende a decir que no. Hay que aprender a decir que NO pero también hay que aprender a comer por decisión propia, con conocimiento de causa y no por inercia, no porque la situación te lleve a ello, ni porque el entorno te propicie a ello.
5Incluye la práctica de ejercicio físico en tu rutina diaria. NO realices ejercicio como un método compensatorio de una mala alimentación, de ser así, te acabará pasando factura. El ejercicio físico solo no ayuda a perder peso si igualmente comes más calorías de las que gastas.
Busca un deporte que te guste, que disfrutes y que no te suponga esfuerzo introducirlo en tu rutina diaria.
6Planifica tus comidas. Realiza una planificación semanal de tus comidas y en base a ello, realiza la lista de la compra. Si la compra no está planificada, es muy probable que acabes comiendo o picando cualquier cosa, que perjudique la calidad de tu alimentación y dificulte la bajada de peso. La presencia en casa de alimentos no saludables aumenta la posibilidad de fracaso, por lo que podría decirse que es un factor determinante del éxito a corto y a largo plazo.
7Utiliza el método del plato. A la hora de planificar tus comidas y cenas te aconsejo que tengas presente el método del plato que te ayudará a asegurar que sean equilibradas, varias y a delimitar cantidades. Dar preferencia siempre, con la mitad de tu plato, a la vegetales tanto crudos como cocidos.
8Prioriza el consumo de agua frente a otro tipo de bebidas. Mantener un buen estado de hidratación es muy importante y se recomiendan beber de 1,5 a 2 litros de líquidos al día.
9Se constante y perseverante con tu objetivo. No te rindas ante el menor fracaso en la pauta. Piensa que es un cambio de hábitos lo que estás haciendo por lo que no debes exigirte hacerlo perfecto sino mantenerlo en el tiempo e ir haciendo pequeñas mejoras. Cualquier avance en tu conducta, en tu manera de comer, es un avance hacia tu objetivo que te va a permitir conseguirlo y sobre todo, mantenerlo.
10Cuida tu tiempo libre, tu cuerpo, tu descanso y quiérete mucho. Haz actividades que te resulten placenteras y que te ayuden a evadirte de los problemas y a liberar estrés. Si tu vida está llena de cosas agradables, no necesitarás estar llenando tu estómago a todas horas ni liberar tu estrés con la comida. Además, vivir sin tanto estrés es el secreto de una mejor calidad de vida.
Fuente: www.alimmenta.com