Basura, desorden y delincuencia son los males a controlar

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En una pequeña oficina del primer piso del edificio de la Subalcaldía del distrito seis, a las 14:30 en punto comienza la segunda jornada de Felipe Montaño, turno dedicado enteramente a la dirigencia vecinal, toda vez que por las mañanas atiende asuntos escolares en la unidad educativa San Felipe, que es de su propiedad.
Es así que Montaño, presidente de la Asociación de Juntas Vecinales de la Pampa de la Isla, desde el año pasado, comenta cómo encuentra un nuevo aniversario a la ciudadela, tanto lo positivo como negativo.
De entrada el dirigente indica los males más relevantes que atraviesa el distrito, como ser el tema de la basura, tanto desde el vecino que bota sus desechos en cualquier lugar, formando microbasurales en los barrios y por parte de las autoridades que no colocan los contenedores en zonas estratégicos, además de la poca educación que se tiene en los temas medioambientales.
“Es un tema que afecta a todos, no solo en la Pampa de la Isla. El vecino no quiere entender que no se debe botar la basura en cualquier lado, porque ese desecho después se acumula, despide malos olores, bloquea los canales de drenaje y se produce los rebalses en temporada de lluvia. También las autoridades no hacen su parte en el tema de la limpieza colocando contenedores, limpiando los canales. Entonces es un problema de todos”, dijo Montaño.
Asimismo, afirmó que esto va casado con el tema del desorden en las calles producto de los vendedores ambulantes y el transporte público. Señaló que en el barrio Las Pampitas el comercio informal ganó las calles, produciendo basura, ocupando espacios públicos y generando caos vehicular.
La misma situación se da en los alrededores de la carretera a Cotoca, donde los ambulantes se han adueñado de las aceras. A esto se suma el tráfico vehicular que no respeta las señalizaciones y se estaciona en lugares prohibidos, contribuyendo al desorden de por sí ya existente, además agrega que el transporte público no está cumpliendo con los horarios de servicio al público, es decir que salen tarde y se van temprano.
“Parece que por el traslado de los mercados Los Pozos, la Ramada y el Abasto, buena parte de los ambulantes se han asentado definitivamente en las calles y aceras de algunas zonas de la Pampa. Está creciendo esto y después puede traer otros problemas”, comentó el presidente de las juntas vecinales.
Otro tema recurrente en la ciudadela son las pandillas, aunque reconoce que se está trabajando arduamente por parte de la Policía para controlar este mal. En este sentido, Montaño expresa que las leyes actuales sobreprotegen en demasía a los menores frente a sus tutores, ya sean padres, profesores y directores, por lo que la disciplina queda ausente y surgen los malos hábitos y falta de control. A esto se suma los boliches que expenden bebidas alcohólicas cerca de los colegios.
“La inseguridad sigue latente en la Pampa de la Isla. Existen discotecas, rockolas y bares afuera de los colegios. Falta control en esto, pero hay que mencionar que hoy por hoy a los menores no se les puede disciplinar porque los padres temen ser denunciados. La zona norte de la ciudadela es la que más sufre por el tema de las pandillas”, dijo.
Por el contrario Montaño afirma que en materia de infraestructura se ha avanzado bastante, con módulos educativos, centros de salud, bibliotecas y canchas polifuncionales, pero aún falta trabajar en los aspectos antes mencionados. “Las secretarías municipales tienen que hacer cumplir la ley”, resalta.

Una vida dedicada a la dirigencia vecinal

Felipe Montaño nació en Quillacollo – Cochabamba. Llegó a la Pampa de la Isla en 1972, más exactamente en el barrio Las Pampitas, encontrando un lugar lleno de árboles tropicales.
En 1975 fue presidente de la Junta Vecinal de Las Pampitas y conforma junto con ocho barrios la primer Asociación de Juntas Vecinales del distrito, además fue fundador del primer colegio fiscal en la zona, denominado Pedro Áñez y algunos barrios de la zona. Ya en 1985 funda el colegio San Felipe, de su propiedad, que imparte educación a más de 2.000 estudiantes.
Durante todos estos años, si bien no tuvo un cargo dirigencial, siempre estuvo ligado a la gestión y al quehacer de la problemática de los barrios.
Ya en 2017 fue nombrado nuevamente presidente de la dirigencia vecinal de la ciudadela, cargo que ocupa hasta la fecha, también es vicepresidente de las Federación Departamental de Juntas Vecinales y miembro del directorio del Comité Pro Santa Cruz. Actualmente tiene 83 años y manifiesta que seguirá en la dirigencia aunque no tenga un cargo oficial o hasta que su salud lo permita en beneficio de los pampeños.

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