Rosario Beatriz Araúz Melgar (55) brotando pecho dice que desde hace 13 años trabaja en la Biblioteca de la Pampa de la Isla gracias a la confianza de la señora Desirée Bravo que vio en ella la persona ideal para atender este espacio cultural y por lo visto no se equivocó, pues Beatriz es llamada con mucho cariño ‘profe’.
“Les ayudo a hacer sus tareas, sus manualidades, periódicos murales y paro recogiendo de donde voy material reciclable, como CD, botellas y latas, para ocuparlo cuando los niños tienen algún trabajo práctico”, expresó Beatriz que está a gusto con su trabajo.
Vive en el barrio Santiago Parada de la Villa Primero de Mayo y desde allá se traslada todos los días hasta la Biblioteca de la Pampa, situada en el barrio San Antonio, donde es recibida todos los días por los niños que son como sus alumnos.
Beatriz es una señora muy inquieta, le gusta estar rodeada de gente y ser servicial, por lo que fue presidenta de la junta vecinal del barrio Piritial por nueve años.
Recuerda que la Biblioteca que hoy es una imponente infraestructura con todas las comodidades para los estudiantes, era una pequeña casita, vieja, tenía un salón múltiple y se llenaba de agua cada vez que llovía.
Está equipada con libros, diccionarios, enciclopedias, juegos, ajedrez y jenga, además los niños se divierten jugando con juegos tradicionales, como la cuerda y carrera embolsao.
Según Beatriz también se la da de sicóloga, porque algunos niños le piden consejos y otros necesitan apoyo para mejorar sus conductas. “Con amor todo es posible”, expresa la bibliotecaria.
En tiempo de Vacaciones Útiles también los niños asisten por el programa de vacaciones útiles y las mamás también tienen la oportunidad de aprender alguna manualidad en goma eva y en plastoformo, embutidos y tortas, gracias a los profesores que envía la Alcaldía o la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE).
Beatriz estudió hasta segundo intermedio, no pudo llegar al bachillerato, pero su gusto por los libros la hace leer mucho y prepararse de forma autodidacta, también aprendió manualidades ‘dañineando’ y viendo tutoriales en el internet, por lo que ha realizado hermosos adornos para la Biblioteca.
“Cuando los niños tienen mucha tarea me quedo al mediodía hasta que terminen, me gusta tanto ayudarlos con el acompañamiento escolar”, comentó Beatriz que para Navidad, con el apoyo de las mamás, de Desirée Bravo y Tomás Monasterio, les prepara un agasajo.