Isabel Vargas
Profesora
Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación, con este mandato constitucional de cumplimiento obligatorio quiero empezar a abordar el tema de la educación en tiempos de pandemia.
Ese es el desafío de los maestros con vocación de servicio, hacer que este mandato se cumpla, cuando el acceso a la red internet en Bolivia es limitado para la gran mayoría de los estudiantes de unidades educativas fiscales por el costo elevado de este servicio, que hoy, se ha vuelto básico y se ha convertido en una necesidad primordial para las familias y los maestros estamos conscientes de que el proceso educativo no se debe detener, ni postergar.
A inicios de la gestión 2020, como todos los años los maestros acostumbrábamos a prepararnos para encarar el año escolar y dar lo mejor de nosotros, en cuanto a enseñanza-aprendizaje, a los niños y jóvenes de todo el Sistema Educativo Plurinacional. Aunque ya se escuchaba que había un virus que estaba causando mucho daño, pero nadie se imaginó que pronto estaría en nuestro país.
Cuando llegó, intempestivamente, en marzo por mandato de las autoridades se inició una cuarentena obligatoria con lo que se suspendieron las clases presenciales; precisamente en ese momento empezó una travesía para los maestros, estudiantes y padres de familia quienes no estábamos preparados para enfrentar una nueva modalidad en la educación y saltar de la presencial a la virtual. A pesar de las circunstancias los maestros asumimos los desafíos de la nueva educación, porque estábamos conscientes de nuestra vocación de servicio y afrontamos esta nueva realidad educativa. Fue muy difícil el inicio, más aún cuando no contábamos con políticas educativas que ayudaran a nuestro trabajo.
En esa coyuntura los maestros, en particular de las áreas urbanas, por el acceso a la red internet decidimos migrar a la educación virtual de una y otra forma valiéndonos de los diferentes recursos tecnológicos gratuitos que estaban a nuestro alcance iniciamos el proceso educativo en la modalidad a distancia, el celular se convirtió en el material educativo indispensable para el estudiante porque la cita con su maestro era a través de ese medio. Las críticas por parte de la sociedad no se hicieron esperar, juzgando las escasas competencias digitales de los maestros, quienes tampoco estábamos preparados para esta nueva realidad educativa, pero con mucho esfuerzo fuimos desarrollando y aprendiendo con los estudiantes el uso de las tecnologías; la escuela estaba en casa.
Cuando en julio se clausuró la gestión escolar, causando muchas protestas, en contra de esta medida, en diferentes sectores, como maestros, padres de familia y otras organizaciones sociales; en un principio como maestra mi molestia también se hizo sentir porque no fue fácil motivar a los maestros, estudiantes y padres a iniciar esta modalidad educativa nueva para todos.
El gran problema que enfrentamos los maestros en este proceso de migración a la educación virtual fue la economía de los estudiantes de las unidades educativas fiscales en especial, la gran mayoría no contaba con internet fijo y menos con un dispositivo como computadoras o celulares; asimismo, en cada familia los integrantes eran entre tres y cinco hijos, entonces era muy difícil que los estudiantes puedan acceder a la educación virtual. En muchos casos los estudiantes se conectaban a las clases por turno, dando prioridad a los hermanos mayores, y los menores pocas veces lograban conectarse.
La gran mayoría de los estudiantes quienes no accedían a la red prefirieron dejar el colegio y hacer otras actividades, esta situación sin duda afecta significativamente al desarrollo de cada niño y joven que dejó la escuela y de forma indirecta tiene un impacto negativo para el progreso del país. Esta realidad educativa no ha cambiado en nada para la presente gestión, estamos a inicios de la gestión escolar en plena pandemia y el derecho a la educación no ha sido atendida.
Por lo tanto, pese a las condiciones por el Covid-19, realidad a la que todos debemos adaptarnos, en Bolivia el proceso educativo no debe detenerse, los maestros tenemos el compromiso de hacer que los niños y jóvenes accedan a otras modalidades y alternativas educativas que no pongan en riesgo su salud porque si no les damos esta oportunidad a los estudiantes, los niños y jóvenes con menos recursos económicos con seguridad no regresaran a la escuela.
Por eso, el reto de todos los educadores, con o sin políticas educativas nacionales, es llevar formas innovadoras de aprendizajes a las familias con recursos educativos y pedagógicos que estén al alcance de la comunidad educativa y acceso de los estudiantes.
En este momento tan crucial para la sociedad boliviana, de los maestros depende el éxito del proceso educativo, no permitamos que el virus nos limite, nos paralice, maestros seamos creativos y demos lo mejor de nosotros en estos tiempos de pandemia.