Sobre el lado oeste, frente a la plaza principal, se encuentra un ícono gastronómico. El primer restaurante de pollos de la ciudadela. Se trata de Pollos Pioneros, que lleva muchos años con su fórmula ganadora: pollo cocido a la leña. “Mi esposo, Jorge Veizaga es el emprendedor que vio la oportunidad en la Villa Primero de Mayo y decidió abrir este negocio, quería ofrecer al público algo novedoso. Dejó atrás el comercio y fabricó nuestro primer horno de hierro. Así abrimos nuestras puertas el 23 de abril de 1993”, contó Graciela.
La empresaria es auditora y, junto a su esposo, estudiaron el mercado y tenían claro que no querían un restaurante con el clásico pollo frito, sino que buscaban una presentación saludable y no grasosa.
Al principio, ofrecían de acompañamiento papas fritas y arroz, pero hoy en día ofertan ensaladas y, en vez de soda, jugo de la estación. Además, de cuadriles. “Tenemos buena receptividad de parte de los clientes y están satisfechos de poder elegir lo que más les guste y sea bueno para su salud”, señaló.
Reconoce que ha habido momentos duros en el negocio a través de los años. “En estos 26 años los altibajos o crisis en la economía del país nos ha jugado malas pasadas porque hay temporadas en que disminuyen los clientes; sin embargo, la clave es perseverar y tener mucha en fe en Dios”, reflexionó.
Graciela está al mando de la gerencia general y se la ve orando, junto a su personal, antes de abrir el restaurante. Mientras que Jorge está a cargo de la logística, hace de todo a la vez, incluso, acomoda las mesas.
El negocio les permitió educar y profesionalizar a sus cuatro hijos. “Nuestros hijos también son emprendedores y tienen sus propios negocios. Este restaurante nos dio mucho y sigue aportando a la Villa con su sabor auténtico”, finalizó.
El sabor que conquistó a todos
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