“En Santa Cruz las tortas frías nacieron con Fridolin”

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Cuando Monika Jessen Pittesser llegó a Bolivia desde Europa, junto a sus padres y sus seis hermanos, nunca se imaginó que se haría cargo de la empresa familiar Fridolin y mucho menos que los deliciosos pasteles austriacos tuvieran tanta acogida entre los cruceños. Hoy por hoy, la pastelería es una de las más reconocidas por su innovación y la calidad en sus productos, es por eso que debido a la gran demanda del público cuenta con 25 sucursales en Santa Cruz. Conozcamos la historia de éxito de esta austriaca que forma parte de la gastronomía cruceña.

– ¿Cuándo y cómo nació Fridolin?
Nació en febrero de 1975. Todo surgió con mi madre que preparaba pastelitos y tortas típicas de Austria y los vendía a nuestros vecinos de la calle Pari. Posteriormente tomamos la rienda del negocio tres hermanos durante 10 años, pero después ellos se retiraron y me quedé al mando con mi esposo (Williams Anglarill). En 1985 abrimos la primera sucursal en la avenida Cañoto, esquina Florida. Poco a poco y con la incursión de mis hijos que tenían estudios superiores, fuimos abriendo más sucursales llegando a tener 25 que están esparcidas en toda la ciudad.

– ¿Qué productos son los que comercializa la empresa y cuántos empleos genera?
Comercializamos tortas principalmente, es lo que más lleva la gente. Nuestros productos son creaciones propias, por ejemplo, tenemos la Rosa Negra, que fue un invento nuestro que ha sido un éxito, incluso la tenemos registrada porque nos las han copiado. Como atendemos todo el día, también ofrecemos desayunos, almuerzo y cena, con platos típicos, esto porque hay que diversificar el mercado. Alrededor de unas 300 personas se benefician laboralmente.

– ¿En qué circunstancias llegó su familia a Santa Cruz?
Yo nací en la ciudad de Linz en Austria, pero mis padres decidieron venirse con sus siete hijos a San Ignacio de Velasco, yo tenía 11 años. Estuvimos con los padres franciscanos en primera instancia, pero después nos gustó tanto Bolivia que no quisimos volver y nos afincamos en Santa Cruz de la Sierra. Junto a mis hermanos estudiamos en el colegio Alemán y luego de salir bachiller me casé, fuimos a estudiar a Brasil con mi esposo y cuando volvimos en 1971 nació mi primera hija. Unos años después mi madre que trabajaba en el colegio Alemán decidió abrir la pastelería en nuestra casa.

– ¿Por qué sus padres decidieron venir a Bolivia?
Mi padre fue piloto durante la Segunda Guerra Mundial, entonces siempre tuvo un espíritu aventurero y como ya había algunos austriacos en Santa Cruz, hizo el contacto para venir. En Austria ya tenía la vida planeada pero él quería salir de su zona de confort y decidió venir a Bolivia.

– ¿Cómo fueron recibidos los pastelitos austriacos por los cruceños?
Las tortas con crema en Santa Cruz se originaron con nosotros, en esa época había muy poca crema de leche, pero mi madre conseguía ese insumo con otro extranjero que las hacía, con eso nacieron las tortas frías. Antes la gente solo conocía las tortas rellenas con mermelada o majablanco, bastantes dulces y nuestras tortas eran menos dulces, livianas y frías, por eso fueron toda una sensación en su momento. En Austria se come mucho dulce, por ejemplo, se almuerza una sopa y de segundo como decimos acá, se come una torta, entonces esa tradición seguía con nosotros en Bolivia y así la gente fue conociendo los productos.

– ¿Sus hijos están apoyando la empresa familiar?
Tengo dos hijos, la mujer estudio Hotelería en Chile y el menor estudió Administración en Estados Unidos, cuando ellos ingresaron a la empresa le dieron el impulso para abrir más sucursales. Los chicos tenían otra mentalidad y organizaron todo, entonces el crecimiento ha sido continuo para acompañar el crecimiento de la población.

-¿Qué proyectos tiene a futuro Fridolin?
Siempre nos piden los productos en Cochabamba, Tarija, Sucre y otras ciudades, pero es complicado transportarlos hasta allá, quizá nos expandamos con algunos productos, primero tenemos que definir cuáles son los que se adaptan mejor en los otros departamentos. También una muy buena opción es abrir franquicias, porque cuando el dueño está en el lugar puede hacer que las cosas funcionen y que no se echen a perder. Es una posibilidad.

-¿Qué consejo le puede dar a la mujer que quiera emprender?
Si bien existen trabas, hay muchas posibilidades y espacios vírgenes para emprender en Santa Cruz. Mis padres comenzaron con un capital mínimo, menos de Bs 1.000, es solo tener la idea y las ganas de hacer lo que a uno le guste. Se debe comenzar de a poco, pero con buena voluntad, por ejemplo, mi madre comenzó con una maquinita, después se compró una heladera, a medida que ingresaba dinero se invertía en el negocio.
-¿En qué se diferencia Fridolin de las otras empresas del sector?
Nadie tiene tanta variedad como nosotros. Ahora estamos con el Cake Shake que es una torta y helado licuado, pero no tardarán en copiarlo. Por eso somos líderes, siempre estamos innovando en nuestros productos.

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