Juan Carlos Marañón hace 30 años que tuvo la idea de abrir una escuela de fútbol en la Villa Primero de Mayo porque vio la necesidad de crear un espacio para niños y jóvenes que gustaban del deporte y que no tenían recursos para asistir a una escuela del centro de la ciudad.
Inicialmente la escuela abrió con 60 alumnos y en la actualidad tiene más de 100 niños activos.
Marañón destaca entre los logros de la escuela la exportación de jugadores, tal es el caso de Misael Cuéllar jugador revelación 2018 del Campeonato Mundialito Paz y Unidad, como también del actual jugador Carlos Chuvé, del Club de Primera División de Destroyers.
La escuela sobrevive a pesar de no contar con un patrocinador, solo cuenta con una cancha para entrenar, gracias a la subalcaldía del distrito 7.
“Me siento feliz de poder ayudar a los talentos del fútbol, pero triste por la falta de apoyo de las autoridades”, expresó Marañón.
Según Marañón la escuela pasó por muchas adversidades, como la falta de equipos de preparación e indumentaria para los alumnos. “A pesar que contamos con malas condiciones hemos conseguido muchos victorias para el Club”, destacó.
Conocer otras culturas, practicar su deporte favorito y subir un escalón en su nivel futbolístico son las oportunidades que brinda la escuela a los niños y jóvenes.
“La escuela nos da la oportunidad para hacer lo que nos gusta, sin importar las condiciones que tengamos”, dijo Joel Nina, alumno de esta escuela de fútbol.