La Parroquia, la Comunidad Educativa y a la Escuela de Música de Hombres Nuevos se reunieron en la Iglesia Misional Santa Mónica y San Óscar Romero, en la plaza de El Mechero, del Plan 3000, para pedir al buen Padre Dios que envíe lluvia sobre la Chiquitania para apagar el fuego y recolectar víveres para los voluntarios, por lo que se ofició una misa y un concierto.
“Os recuerdo algunos datos escalofriantes del fuego en la Chiquitania, la prensa califica los incendios forestales, como una desolación apocalíptica. La destrucción de más de 1 millón de hectáreas en seis reservas naturales de Santa Cruz de la Sierra, incluyendo el gran Chaco Boliviano y el bosque Seco chiquitano, que se extiende en Bolivia, Brasil y Paraguay, con una superficie de 24 millones de hectáreas, de las cuales 20 millones están en Bolivia”, resaltó Nicolás Castellanos, fundador de la Fundación Hombres Nuevos.
Además ponderó que el bosque seco chiquitano es uno de los pocos bloques de bosque seco tropical que aún existen en el mundo. “Es un orgullo y responsabilidad boliviana con el bosque seco tropical más grande del planeta. Pero, ahora no podemos sentirnos orgullosos, porque se está hecho cenizas” expresó el religioso.
En este bosque seco chiquitano existen más de 1.200 especies de animales vertebrados y miles de otros animales y aves.
¿Quién produce este desastre? se pregunta Castellanos y se responde:
– La deforestación, tumbar árboles para dar paso a la agricultura y ganadería.
– La colonización en tierras no aptas para el cultivo, por parte de los menonitas y los colonos bolivianos que principalmente vienen del occidente.
– Y el incendio descontrolado.
Según el sacerdote son las tres enfermedades que se han detectado en los terrenos abrasados por el fuego, que están terminando con la vida de los bosques en Roboré, en el Valle de Tucabaca, el Parque Nacional de Otuquis, Roboré, San Lorenzo, Taperas, San Ignacio de Velasco, San Rafael, San José, San Matías, Puerto Suárez, Concepción, Charagua, San Javier, área protegida de Ñembi, Carmen Rivero Tórrez, Quitunuquiña y El Portón.
Según los expertos, estos bosques tardarán unos cuarenta años en recuperarse. “Realmente el daño es incalculable y en este momento a todos los bolivianos, también a nosotros de Hombres Nuevos nos incumbe hacer tres cosas, menciona:
1. Rezar, pedir a Dios nuestro Padre que envíe lluvia y que tenga misericordia de toda la Chiquitania y despierte la solidaridad nacional e internacional.
2. Poner nuestro granito de arena, colaborar, ayudar con los víveres e instrumentos para apagar el fuego y ayudar a los bomberos y voluntarios que trabajan en ello.
3. Queridas alumnas y alumnos, profesores, padres, hay que tomar más enserio el cuidar la tierra, el medio ambiente, poner en práctica la ecología integral en la que tanto nos insiste el papa Francisco de cuidar la casa común. Hoy no podemos ser cristianos, sino cuidamos la naturaleza, la madre tierra, la Pachamama.
“Os felicito por vuestra presencia aquí y vuestra colaboración para ayudar a la Chiquitania boliviana”, concluyó Castellanos que seguirá recolectando víveres y enseres para donar a los voluntarios de apagar el fuego.
