Hace 43 años y con título en mano llegó de Cochabamba Julieta Gine (74) para vivir en la Villa Primero de Mayo, uno de sus vecinos que era dirigente de barrio le comentó que en la Cooperativa de Agua y Alcantarillado Sanitario de la Villa Primero de Mayo (Coopaguas R.L.) necesitaban una secretaria, por lo que se presentó y fue contratada, pero lo que nunca imagino fue que le entregaría toda una vida a la institución proveedora de agua del popular barrio.
Julieta Gine hace 31 años que es la secretaria de gerencia general de Coopaguas, vive en el barrio Bolívar, está casada con Fernando Arriscaín, tiene tres hijos Carla, Rodrigo y Diego, goza de la compañía de sus nietos Kaleb y Alan.
“He vivido muchos momentos buenos y difíciles en la cooperativa, como la construcción de la moderna infraestructura que fue posible gracias a la Comunidad Europea, intervenciones y conflictos, pero gracias a Dios siempre hubo un buen gerente, un excelente consejero y trabajadores comprometidos que le pusieron el hombro al patrimonio de la Villa”, expresó Julieta que empezó a trabajar cuando Coopaguas funcionaba en la plaza de la Villa.
Según la secretaria el secreto para mantener su puesto de trabajo hasta la fecha fue la disciplina, la prudencia, el respeto, la confidencialidad, seguir los reglamentos, la honradez y la actualización.
“Siempre traté de no faltar a mi trabajo, hace ocho años que dejé de transportarme en bicicleta”, recordó la secretaria que fue nombrada Cruceña de Oro.
Coopaguas es mi segundo hogar, cuando ingresé hacía de todo, hasta registraba de forma manual a los nuevos socios, no tenía central telefónica y cuando un trabajador recibía una llamada se escuchaba mi voz por todas las oficinas, andaba a gritos, ahora la institución se ha modernizado, ha crecido tanto, hay tecnología, cómodos ambientes, sistemas de comunicación, pantallas y se sigue trabajando para dar comodidad y calidad en el servicio a los asociados, manifestó Julieta que se resiste a jubilarse por cariño a su lugar de trabajo, pero sus quehaceres en la oficina han disminuido un poco porque tiene una asistente con la que comparte el trabajo.
“Los asociados me reconocen en las calles, cuando vienen a la cooperativa me saludan, me demuestran su aprecio, son tantos años de mi vida dedicados al asociado porque se trabaja con el fin de brindar agua de calidad”, concluyó la trabajadora más antigua de Coopaguas.
