Antes de que existieran salas de fiesta, los acontecimientos sociales se daban en domicilios particulares, que reunían ciertas características de espacio y comodidad, tal es el caso de la casa de Pedro Banegas, ubicada en la calle Defensores del Acre y que aún se mantiene en pie.
Con cierta regularidad visitaban la población cines ambulantes que proyectaban películas mayormente en blanco y negro, motivando gran expectación especialmente entre la niñez y juventud de la época.
Ya en la década de 1980, abrieron los cines Monumental Cotoca y Cine Teatro Elorsifeer que llevaban al pueblo producciones cinematográficas de actualidad.
Es de destacar también que muchas actividades artísticas o musicales se escenificaban en el patio de la Alcaldía Municipal, en cuyo antiguo edificio también operaba la Policía Nacional.
En esta crónica de Cotoca, escritas desde la distancia y rasgando el velo de la memoria, nos queda evocar con nostalgia, el recuerdo de sitios, lugares, personajes, amigos y compañeros de tantas situaciones vivenciales con quienes un día caminamos por sus calles polvorientas, mientras crecía en nosotros el cariño y apego hacia esta noble tierra, a la vez que nos preparábamos para encarar el destino que la vida nos tenía reservado.
Felicidades Cotoca tierra amada en tus fiestas patronales.