Su trayectoria y obra misionera encajan en los fines y esencia de este galardón internacional. Lleva 30 años trabajando por la justicia, la libertad y los derechos humanos como el mejor camino para conseguir la paz.
Nicolás Castellanos Franco (18 de febrero de 1935, Mansilla del Páramo, León) nace en el seno de una familia sencilla de labradores, de profunda religiosidad, en un contexto laborioso y austero, durante su niñez recibió unos principios y valores como la honradez, rectitud, sacrificio y esfuerzo, que mantendría a lo largo de su vida.
En 1991 el obispo Castellanos sorprendió con su renuncia al episcopado y su decisión de marchar como misionero a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), que le fue concedida por Juan Pablo II.
El 6 de diciembre de 1991 se despidió de su Diócesis de Palencia: “Cuando recibáis esta mi última Carta Pastoral, que hace la número 26, ya no seré vuestro obispo y pastor, seré solo y para siempre, vuestro hermano y amigo que os quiere de corazón… Me he decidido a dar este paso solo por fe, amor, y cariño a mi Iglesia de Palencia, y por amor a los pobres del tercer mundo…”, escribió Nicolás.
Una vez presentada y aceptada la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Palencia, optó por acercarse verdaderamente a los pobres desde su experiencia eclesial de fe, amistad y diálogo, ahora en calidad de misionero enviado por la misma Iglesia palentina, siendo uno más del millar largo de misioneros palentinos esparcidos por todo el mundo. Desde el 16 de enero de 1992 se encuentra de misionero en el Plan 3.000 de Santa Cruz, donde tras formar una fraternidad eclesial: la Fraternidad Hombres Nuevos, integrada por presbíteros, religiosas, laicos y voluntarios para ayudar a los pobres desde los pobres. Ese mismo año, con la ayuda de instituciones, colaboraciones y donativos puso en marcha el Proyecto Hombres Nuevos, basado en cinco pilares fundamentales: educación, cultura, salud, vivienda y promoción social.
La búsqueda de una utopía de justicia, de igualdad y libertad, centra la labor del Proyecto Hombres Nuevos, que promueve la socialización, las culturas y la promoción integral de todas las mujeres y hombres. Desde su llegada al Plan 3.000, la tarea del Proyecto Hombres Nuevos se fue desarrollando según las necesidades que surgían. Y así, en la Navidad de 1994 concluye la primera realización: la parroquia Hombres Nuevos, una vez erigida canónicamente el 14 de febrero de 1994.
Proyecto Hombres Nuevos a través de Comunidades Educativas ha construido y rehabilitado más de un centenar de escuelas en Bolivia, de las que gestiona nueve directamente.
También puso en marcha otros proyectos como los Comedores Populares, el Centro para Niños Desnutridos, el Hogar Mensajeros de la Paz, el Hospital Virgen Milagrosa, el Grupo pro-derechos humanos Luis Espinal, las Escuelas de Informática, Turismo y la Escuela Nacional de Teatro, los programas de alfabetización, ayudas al estudio y becas universitarias, y la Ciudad de la Alegría: un proyecto de alternativa de ocio y deporte abierto para toda la población del Plan, entre otros.