Es fundadora del grupo Compartiendo Ilusiones, vive en Estados Unidos desde hace 23 años y mantiene viva sus costumbres y tradiciones cotoqueñas. Añora volver al terruño.
Un corazón solidario vibra por Cotoca desde Estados Unidos en el ser de Sara Urey Vargas, una cotoqueña que con sólo 21 años y con su hijo Diego de tres años emprendió el viaje tras el sueño americano, es decir, a la búsqueda de una mejor vida, desde el primer mundo hace dos años que creó la agrupación Compartiendo Ilusiones para ayudar a los niños y personas de escasos recursos de su recordado terruño.

Urey fue madre a los 18 años, experiencia que la convirtió en una mujer fuerte que se hizo así misma la promesa de nunca rendirse. “He trabajado de todo, limpiando casas, como mesera, cajera de supermercados y actualmente en el departamento de vestidos a medida de Dillards”, expresó Urey que nunca ha dejado de extender su mano con ayuda a la comunidad cotoqueña.
Después de mucho tiempo de vivir en Estados Unidos conoció a su actual esposo, Néstor, con quien procreó a Keila y Fabián, conformando una familia también querendona de Cotoca.
“No ha sido fácil vivir en Estados Unidos, aprender el idioma y adaptarse a las exigencias de un país desarrollado, además cuando te traes un pedacito de tu tierra en tu corazón, vivís siempre con la nostalgia y con los sentimientos intactos hacia tus seres queridos, pero la esperanza de volver y la fe en Dios me han hecho superar cualquier dificultad y alivianar el peso de lo que significa estar lejos de lo que amás”, expresó Sara, quien hace dos años fundó el grupo Compartiendo Ilusiones movida por el deseo inmenso de hacer algo útil y beneficioso en su vida a favor de su pueblo.
“Le comenté la idea a varias amigas que están en Cotoca y en España, quienes coincidieron conmigo para llevar adelante este grupo que brinde apoyo a los niños y a las personas que estén pasando un duro momento económico”, recordó Urey, que contó con un sí inmediato de sus entrañables amigas.
Compartiendo Ilusiones está al mando de Sara Urey y está integrado por Juana Méndez, Karen Villa, Daine y Yamile Álvarez, Jael Arroyó, Marilyn Tardío y Megly Salazar.
La iniciativa solidaria poco a poco va creciendo y consolidándose, además tiene la convocatoria abierta para todas las mujeres que tengan la convicción de ayudar sin obtener nada a cambio.
Urey tiene como meta convertir el grupo en una fundación para recolectar más ayuda y que ningún niño cotoqueño de bajos recursos se quede sin estudiar porque no tiene el material escolar, también un objetivo propuesto es brindar ayuda psicológica a los escolares para que sepan cuidarse.
“Un niño tiene que saber distinguir cuando una persona le hace una caricia y cuando lo está abusando, porque estoy convencida que un menor instruido puede evitar ser víctima de abuso”, manifestó Urey que nadie la detiene en hacer realidad la fundación.

Compartiendo Ilusiones• Sara Urey visitó Cotoca en febrero. En la foto, con las integrantes del grupo que muestran los bolsos que entregarán con útiles escolares cuando se reanuden las clases
El grupo Compartiendo Ilusiones se sostiene gracias a los recursos propios y al dinero que obtiene Sara Urey de realizar diferentes actividades en Estados Unidos, como la venta de almuerzo y rifas. Además las integrantes cotoqueñas y de España aportan con montos fijos cada mes y organizan café solidarios.
Una de las primeras actividades benéficas que realizó el grupo fue la entrega de medicamentos al hogar Teresa de Los Andes, también ayudó a Cristian Enrique que fue abandonado con sus cinco hijos. Otro aporte que efectuó fue al argentino Axel Uriel, a quien se le entregó $us 228 y en pandemia regaló barbijos, entre otras donaciones.