La Villa Primero de Mayo fue fundada en 1969 por un grupo de 40 familias que exploraron la zona buscando tierras para tener su propia casa, asentamiento que formó un pequeño barrio sin servicios básicos.
Han pasado 54 años de aquel momento, los primeros pobladores recordaban las calles arenosas y las casas precarias habitadas por humildes familias, hoy en día esta ciudadela es un referente de pujanza y crecimiento.
Santos Gálvez (+) fue uno de los primeros en organizar el traslado a esta zona porque los lotes no tenían propietarios.
Gálvez siempre mencionaba los nombres de los demás pobladores que lo acompañaron en el desafío, entre ellos, Ovidio Heredia, Ignacio Padilla y Pura Arroyo.
“A finales de 1969 soñábamos con un lugar propio para vivir. En el segundo anillo era la parada de todos los micros, justamente en la avenida Brasil, en ese lugar nos reuníamos varias personas buscando una zona dónde ir, porque lo que queríamos era una vivienda propia. Un amigo nos dijo que conocía una pampa hermosa”, recordaba el finado Gálvez.
Aquel lugar era la Pampa de la Cruz, así se llamó en sus inicios la Villa Primero de Mayo. Las familias que provenían de diferentes barrios de la capital cruceña tuvieron que abrirse espacio en medio de pastizales. Después de marcar el lugar de su lote, limpiaron el monte con pala y machete, estas fueron sus únicas herramientas que tenían, resaltaba Gálvez.
De inmediato formaron un sindicato agrario, iniciando con las gestiones para la provisión de agua potable y electricidad, pero sin olvidarse de los trámites para la obtención de los derechos propietarios de los terrenos.
Sin perder más tiempo el sindicato se preocupó en escoger el nombre del lugar, ya que todos los miembros tenían diferentes nombres, pues no querían cualquier nominación, sino una que identificara a los habitantes. Nombre de comunista y otro de revolucionarios fueron algunas de las propuestas de los habitantes. Sin embargo, Gálvez se pronunció y dijo: “Que se llame Sindicato Agrario Primero de Mayo Pampa de la Cruz”.
Gálvez mencionó que el primer servicio que llegó a la Villa fue el agua potable, en 1971 y después de ocho años se logró alumbrar las viviendas con electricidad. “Teníamos que caminar mucho para conseguir agua. No había electricidad en ese tiempo, todo era con mecheros y lámparas. Sufrimos mucho”, resaltó cuando estaba con vida.
En aquel año, recordó que el Gobierno nacional tenía el poder de tomar decisiones políticas y fue este que emitió una resolución otorgando la propiedad de esos espacios. Pues, fue así que gracias a esa resolución los vecinos cumplieron su sueño de tener una casa propia. “Nos costó mucho tener los papeles de esta ciudadela, viajábamos día y noche a La Paz en busca de esa resolución”, indicaba Gálvez.
La electricidad fue el pilar fundamental para el progreso de esta ciudadela, que llegó acompañada de muchos beneficios a la zona.
No hay que olvidar a los fundadores y protagonistas que forman parte de la historia de esta populosa ciudadela.
Ahora el distrito 7 que corresponde a la Villa Primero de Mayo tiene más de 300 mil habitantes, es una de las zonas periféricas que más crece cada año y se ve beneficiada con inversiones privadas.
“Veo a una ciudad satélite. Me siento muy dichoso y feliz. Tenemos asfalto, mercados, bancos, no hay que envidiarle a la ciudad. Todo gracias a las nueve personas que estaban al frente del directorio en aquellos tiempos”, reconoció Gálvez que perdió la vida a causa de una enfermedad, el 7 de enero de 2022.