Prof. Joseph D. Blas
Colegio Boliviano Canadiense
Estamos próximos a iniciar una nueva gestión escolar luego de casi tres años del inicio de la pandemia (Covid-19), esto llevó a un cambio abrupto en la forma que se impartía la educación en nuestro país. No obstante, la educación continuamente esta evolucionado y esto trae consigo diferentes problemáticas y desafíos, uno de los grandes retos para la entrante gestión es la reducción del índice de reprobados. Según datos estadísticos de la Dirección General de Planificación, el 4% reprobó el año escolar, esto equivale a 109.858 estudiantes, siendo el departamento de Santa Cruz, el con mayor porcentaje a escala nacional.
Si bien el porcentaje observado no se presenta como una cifra alarmante, pero se puede disminuir. Estudios han demostrado que la reprobación de un año de escolaridad es el primer paso para la deserción escolar, por ello es importante que los padres de familia, los profesores y administradores tomen conciencia en la responsabilidad compartida en el desarrollo integral de los estudiantes.
Si un estudiante reprueba una asignatura, el fracaso es compartido con los padres del estudiante, para evitar la reprobación en la gestión entrante se debe tener en cuenta lo siguiente:
El tutor tiene un rol importante en la conducción del curso asignado, debe mantener la comunicación con los padres de familia y de manera especial con padres de los estudiantes en riesgo de reprobación. Debe motivar a los estudiantes a dar lo mejor de ellos, los adolescentes buscan una figura de autoridad o un líder y este es el asesor de curso. Si bien el profesor de aula no es el padre o madre de los estudiantes y además tiene muchas actividades laborales y extralaborales debe realizar esta tarea porque su papel en la formación de los estudiantes es de gran importancia. Estas pequeñas acciones pueden marcar la diferencia en la búsqueda de la mejora en la educación en Bolivia y el cambio social, porque “solo con la educación se da el verdadero cambio social”.