Hace 22 años, los esposos Maximiliano Cabrera e Ignacia Medina de Cabrera abrieron por necesidad una empresa al quedar desempleados, y hoy Industrias Andrade es motivo de orgullo. “Durante 20 años trabajé en la empresa Bristol, fui el ayudante del propietario, un ingeniero químico; luego, la empresa quebró y vendieron su maquinaria. Así, con la experiencia ganada en el sector de la higiene personal, nació la idea de vender champú a granel y empezamos comercializándolo entre amigos y vecinos que venían a mi casa”, contó Cabrera, que es el gerente general.
“Empezamos el 12 de agosto de 1996 con capital reducido, pero tratamos de introducir nuestro producto al mercado. En la avenida 16 de Julio calle Nro 18 está la empresa y todavía funcionamos ahí. Teníamos una habitación de 30 metros cuadrados y poco a poco hemos ido ampliando”, dijo Maximiliano, que es oriundo de Casas Viejas, Vallegrande, e Ignacia, de Cotoca.
Sus reconocidos productos
Actualmente, fabrican una variedad de champús y cremas con la marca Selenía: de cusi, palta, huevo, frutilla, entre otros, siendo el de sábila, el producto estrella y más requerido por los consumidores. Además, de una variedad de detergentes. El producto más consumido es El vajillero, en tres versiones, de manzana, manzanilla y aloe vera.
“Hemos alcanzado varios objetivos: hacer conocer nuestro producto, haber registrado nuestra marca e introducido los productos a los mercados de toda Bolivia. Además, a través de los comerciantes, llegamos a los mercados de Chile, Brasil y Perú”, sostuvo.
Los planes de la empresa son ampliar las instalaciones. “Tenemos unos terrenos comprados, a través de una asociación, en Cotoca. Allá construiremos la fábrica, cumpliendo con las normas ambientales y de infraestructura. Ese es el proyecto a mediano plazo. Otro, a largo plazo, es fabricar nuestro propios envases, sacar los productos en sachet e incursionar en la cosmética”, finalizó.
